miércoles, 8 de junio de 2011

MEDICINA ALTERNATIVA

La medicina alternativa es un término que designa las diversas prácticas que no pertenecen al reino de la medicina clínica,[1] y cuya efectividad no ha sido probada consistentemente.[2]
También se emplea el término Medicina Natural y Tradicional para designar un conjunto de procedimientos o ‘terapias’, empleadas con el fin de curar o ‘sanar’ a las personas, que carecen de denominador común, excepto la falta de evidencias científicas de su eficacia. Tales procedimientos no están reconocidos institucionalmente en la gran mayoría de los países y usualmente se ejercen en el ámbito de la práctica privada o por personas que no poseen un título otorgado por alguna institución oficial.
La ineficacia de algunos de estos procedimientos ha sido demostrada por ensayos clínicos rigurosos en repetidas ocasiones, algunos desde hace más de un siglo.,,.[3] [4] [5] Otras supuestas terapias se basan en argumentos místicos, tanto de las religiones orientales como las occidentales. Diagnósticos o tratamientos que serían calificados de mala práctica y sancionados en muchos países al ser ejecutados por un médico, en otros lugares pasan inadvertidos al ser aplicados por un practicante no titulado de la denominada medicina natural, tradicional o alternativa.
El daño potencial por aplicar estas prácticas siempre está presente, a causa del retraso que se origina en aplicar el medicamento convencional que realmente pudiera aliviar o curar al paciente, lo que a medio o largo plazo puede incluso resultar fatal en una dolencia progresiva. Este es un factor que rara vez se toma en cuenta por quienes prescriben o toleran estas "terapias".
Cualquier práctica de medicina alternativa puede dejar de serlo si su eficacia quedara contrastada experimentalmente de forma científica, por lo que la distinción depende de los estudios disponibles hasta el momento. No existen por tanto dos tipos de medicina; sólo se puede considerar como tal a la que prueba sus fundamentos y eficacia, aunque sea de modo parcial. Sin embargo, es usual que quienes se dediquen a tales prácticas no consulten la literatura científica, proponiendo como novedoso algo que ya ha sido desechado hace mucho tiempo como inefectivo o incluso dañino.[6]

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